Un camino por construir: De jefe a líder

María José García, Directora de SiliconHR, nos da las claves sobre liderazgo en el siguiente artículo de opinión. ¡No te lo pierdas!

Las empresas no necesitan jefes sino líderes. Cuando un directivo es capaz de ser percibido como líder, se convierte en el principal impulsor del desarrollo de la empresa y en una garantía para la consecución de sus objetivos.

Pero ¿cuáles son los atributos que convierten a un jefe en un líder? Son personas capaces de influir en sus subordinados y generar confianza. Saben delegar empoderando a las personas de sus equipos, transmitiendo entusiasmo cuando trabajan. Tienen la virtud de estimular al grupo con la eficaz herramienta didáctica del refuerzo positivo, reconociendo las buenas labores y el esfuerzo de sus miembros. Se erigen, en definitiva, como un modelo a seguir y se mantienen al frente de los proyectos como guías, a través de su compromiso. No basan su influencia en la autoridad justificada por el cargo que ostentan, sino porque cultivan y cuidan su liderazgo usando argumentos. No imponen, convencen.

¿Tienen todos los gerentes o directores la capacidad de convertirse en elementos motivadores de los grupos que dirigen? Rotundamente, no. Ser un líder no es tarea sencilla y requiere de altas dosis de inteligencia emocional. Son valorados por su entorno como ejemplos y como elementos inspiradores en las organizaciones. Han de ser personas capaces de comunicarse con los equipos, de saber escuchar, de confiar en las personas, de delegar tareas y detectar fortalezas y habilidades en los trabajadores. No escatiman esfuerzos cuando tienen la certeza de que deben comprometerse y echar una mano para aportar valor al producto o al servicio final.

«Ser un líder no es tarea sencilla y requiere de altas dosis de inteligencia emocional»

Un líder nunca siente amenazado su puesto por sus subordinados, al contrario, trabaja para distribuir su conocimiento y estimular el crecimiento de cada uno de los miembros del equipo. La autoridad de los jefes líderes no se sustenta en el miedo ni en la imposición de su criterio, sino en su capacidad para generar confianza y motivación. Aportan ilusión a los proyectos estimulando con el ejemplo y si las circunstancias lo exigen, trabajando codo con codo en el seno del departamento oportuno. Un elemento clave de su discurso es la coherencia existente entre lo que piensa, lo que dice y lo que hace.

Las empresas ya no solo necesitan jefes sino líderes capaces de inspirar, motivar e ilusionar.

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