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Wallapop se reposiciona con un llamamiento a personas y empresas a utilizar lo que ya está hecho

En 2050 se podría necesitar el equivalente a casi tres planetas para proporcionar los recursos naturales necesarios para mantener los estilos de vida actuales.

Esta afirmación es un extracto del Objetivo de Desarrollo Sostenible 12 marcado por la ONU en la Agenda 2030, que sienta las bases de una producción y consumo responsables, y que fundamenta la nueva campaña de reposicionamiento de marca de Wallapop, ‘Lo hecho, hecho está’. A través de distintas piezas, cuyo discurso coloca el foco sobre la producción irresponsable y el consumo excesivo de materiales, la plataforma invita a consumidores y marcas a trabajar conjuntamente en favor de un futuro más sostenible.

Fruto de la colaboración entre la agencia creativa MONO Madrid y el director creativo Jesús Revuelta, ‘Lo hecho, hecho está’ consta de una pieza central que vertebra toda la campaña, con la que Wallapop pretende lanzar un mensaje positivo: “Lo hecho, hecho está. Y lo mejor que podemos hacer es usarlo”.

La plataforma, que sitúa a la Generación Z en el centro de la campaña, pone énfasis en las consecuencias del modelo de consumo actual, empleando ejemplos impactantes sobre la explotación de recursos naturales en minas o bosques, además de imágenes de la acumulación de residuos provenientes de la industria textil en el desierto de Atacama, que recientemente han dado la vuelta al mundo. Asimismo, la campaña también consta de varias piezas de menor duración, con las que Wallapop termina de construir su mensaje alrededor de la reutilización.

Tal y como explica Olivia Calafat, directora de marketing de Wallapop: “‘Lo hecho, hecho está’ es una campaña que pretende concienciar a la sociedad sobre la importancia de producir y consumir de manera responsable, con imágenes impactantes, pero desde una perspectiva positivista”. Se trata de “adquirir un propósito y promover que todas las partes colaboren de manera activa en la búsqueda de soluciones a problemas colectivos como la contaminación de las aguas, la acumulación de residuos o la deforestación”. En ese sentido, destaca que “la segunda mano juega un papel fundamental para promover el consumo sostenible, al alargar la vida de lo ya producido”.